¿Y si os preguntara por un "Frankenstein educador"? Algunos seguirían respondiendo algo como "monstruo educador verde" o cosas por el estilo, pero lo cierto es que los tiros van por otro lado: es la idea de transformar la concepción que una sociedad tiene de la educación... una sociedad que pretende "construir" al que se educa. Existe una concepción de la misma que la entiende como un proyecto de dominio del educando y del control completo de su destino, que no viene a ser otra cosa que prefijar un camino sin dejar libertad ninguna para elegir lo que uno quiera... ¿Y quién es el que lo prefija? Una persona que piensa hacer de alguien lo que él no pudo ser... por ello trata de moldearlo a su gusto y forma.
Nosotros como pedagogos no queremos una educación así, si no una en la que el sujeto y el mundo que lo acoge estén relacionados, permitiéndole construirse a sí mismo desarrollando sus capacidades para comprender el presente y de inventar el futuro... Pero esto no lo conseguiremos si no cumplimos con ciertas exigencias como:
- Reconocer que la otra persona no puede ser moldeada a nuestro gusto, o que sea lo que no pudimos ser.
- Aceptar que la transmisión de saberes y conocimientos no se da de forma mecánica, si no que requiere de una reconstrucción por parte del sujeto de los mismos.
- Aceptar que nadie puede ponerse en lugar del otro y que todo aprendizaje supone una decisión personal del que aprende.
- No confundir el no-poder del educador en cuanto a la decisión de aprender y el poder que se tiene sobre las condiciones que facilitan dicha decisión, generando "espacios de seguridad" en los que un sujeto pueda atreverse a hacer algo que no sabe hacer.
- Incluir en el centro de toda actividad educativa la autonomía del sujeto. Esta se adquiere durante todo el proceso educativo. Cada vez que una persona se apropia de un saber lo hace suyo y lo reinvierte.
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